jueves, 12 de septiembre de 2013

Sistemas de citación


SISTEMAS DE CITACIÓN

Existen cuatro estilos o convenciones referencia ampliamente utilizados. Estos son el sistema MLA (Modern Languages Association), el APA (American Psychological Association), el Harvard y el MHRA (Modern Humanities Research Association).
Cada institución utiliza alguno en particular por lo que debemos saber cuál es el que tenemos que utilizar antes de comenzar a hacer un ensayo.

El sistema MLA
Es un sistema basado en paréntesis. Referencias entre paréntesis en el cuerpo del ensayo son ligadas a citaciones completas en la bibliografía del mismo. El paréntesis en el cuerpo de texto contiene solo el apellido del autor y el número de página a las que se está haciendo referencia, por ejemplo: (Ponot, 135).

Si el ensayo cita dos o más trabajos realizados por el mismo autor, entonces la referencia entre paréntesis debe incluir una versión corta en itálicas del título del libro al que pertenece. por ejemplo: (Tschichold, The Form, 28-29).

Una bibliografía compilada de acuerdo con las convenciones de la MLA enlista las referencias alfabéticamente por apellido del autor. Cada referencia debe incluir, en el orden que sigue: nombre del autor, el título del libro en itálicas, el lugar de la publicación, la editorial o quién publica y la fecha, por ejemplo Tschihold, Jan. The Form of the Book. Vancouver, Hartley & Marks, 1991. La puntuación de la referencia es importante.

El sistema APA
También está basado en paréntesis pero las referencias en el cuerpo de texto son el apellido del autor, la fecha de publicación y el número de página o páginas a los que se está refiriendo, por ejemplo (Tschichold, 1991, 28). La referencia siempre va al final de la oración.

Una bibliografía compilada de acuerdo con APA también enlista las referencias alfabéticamente por apellido de autor. Cada entrada debe incluir en el siguiente orden: apellido, nombre, fecha de publicación entre paréntesis, título del libro en itálicas, lugar de publicación y la editorial o quien publica, por ejemplo: Tschihold, Jan (1991). The Form of the Book. Vancouver: Hartley & Marks.




El sistema Harvard
Es otro sistema de paréntesis en el que las referencias en el cuerpo de texto son: el apellido del autor y la fecha de publicación. La lista de referencias al final del ensayo se titula “Referencias”. Los trabajos citados aparecen en orden alfabético por apellido de autor y siguen el mismo formato que el sistema APA.

El sistema MHRA
No utiliza paréntesis en el cuerpo de texto, en vez de esto se utilizan numeradores como este1 que se relacionan con una secuencia de notas que aparecen al pie o en una sección específica del ensayo. La nota contiene la referencia completa al libro o artículo al que se refiere. Ejemplo:


Referencias
http://www.rlf.org.uk/fellowshipscheme/writing/quotationsandreferences/mla.cfm
http://www.apastyle.org/

sábado, 12 de mayo de 2012

Guillaume Apollinaire



Es considerado precursor de todos los movimientos vanguardistas a partir del primer cuarto del siglo XX. Renovador de la expresión poética europea. Ayudó a formular los principios del Cubismo.
Su comportamiento, según lo describen artistas contemporáneos, era raro. Muy al estilo de los dadaístas tendía a desafiar la moral y el buen gusto con actos excéntricos, como fue asistir a una cena elegante con la corbata pintada en la camisa (por Francis Picabia) puesto que no había podido sacar su corbata real de una botella en la que la había metido y la cual no quería romper. Tenía por costumbre seguir por la calle a la gente cuya apariencia encontraba interesante, incluso hasta las puertas de sus hogares.
Apollinaire dijo de sí mismo, que “En su vida y su verso fue sucesivamente un payaso, un erudito, un borracho, un gourmet, un amante, un criminal, un católico devoto, un judío errante, un soldado y un buen esposo”. Siempre demostró el deseo y el coraje de reunir en sí mismo y tocar el extremo de la desesperación y el extremo de la alegría exultante y a esto llamó surrealismo.
En 1913 fue publicado Los pintores cubistas fruto de la colaboración y discusión de arte de Apollinaire con diferentes artistas como Picasso, Braque, Picabia y otros. El Cubismo había evolucionado en el trabajo de artistas que en su proceso se alejaban del Impresionismo pero fue Apollinaire quien explicó, defendió e impulsó esta nueva estética.
Cuando se desata la Guerra de Catorce, Apollinaire, ciudadano italiano, no tenía por qué involucrarse, pero su impulso por vivir los extremos lo llevó a nacionalizarse francés, entrar de voluntario a la infantería y en dos años y a petición suya convertirse en teniente para poder estar en el frente. Se mantuvo escribiendo mientras estuvo en las trincheras hasta que un día un pedazo de proyectil lo hirió en la cabeza y necesitó dos operaciones de cráneo para poder recuperar sus funciones motrices. Pero se recuperó pronto y ya no era apto para el servicio activo, así que regresó a París donde revivió su trabajo literario y ensambló sus Caligramas y completó su “obra surrealista” Las tetas de Tiresias.
Sus caligramas son el uso de letras para construir poemas visuales, adoptando formas que se relacionan o añaden sentido al poema que escribe.
Para mi Apollinaire, desde lo que aprendí en esta investigación, es un gran ejemplo a seguir en cuanto a filosofía y propósito de vida: experimentar los extremos de la alegría y la desesperación. Probablemente por eso tantos lo siguieron y fue una guía para muchos artistas importantes. A partir de su definición, ser surrealista es un gran ideal humano a seguir.

Bibliografía:
Apollinaire, Guillaume, Selected writings of Guillaume Apollinaire, New Directions Publishing Corporation, 1971

jueves, 3 de mayo de 2012

El espejo, el blanco, Ulises y Casimiro, Vida de un vagabundo


Me costó trabajo seguir el hilo de la lectura de Italo Calvino. También tengo un conflicto sobre esa lectura porque no puedo encontrarla con ese nombre entre las obras publicadas por el autor. La describiría casi como absurda (del género) y muy abstracta, creo que su significado va más allá de la forma, me gustaría que me la explicaran. Fue como un borrón en mi cabeza, últimamente así han sido muchas cosas, sólo he registrado lo que me gusta o lo que me impacta, todo lo demás parece no adherirse.
Vida de un vagabundo, tan decadente y gráfica... la disfruté muchísimo. Excelentemente bien escogida por Mayte en cuanto a duración, en cuanto a tema... ni se diga. Es algo que me intriga, siempre he querido saber qué lleva a esas personas a ser indigentes, sobre todo en países de primer mundo donde es más fácil mantener un nivel de vida decente. Creo que podría ser una protesta, una negación o desprecio a sí mismo como parte de la sociedad; esperar la muerte, tener como filosofía de vida que la vida misma no vale la pena, y demostrarlo en la práctica, eso es convicción. Convicción de autodestrucción, debe ser una de las decisiones más difíciles en la vida, o la más fácil, como el suicida, ¿cobarde o valiente?. El género de la obra la describe a la perfección, Realismo sucio, desde la primera oración del cuento: Harry se despertó en su cama con resaca. Una resaca horrible. —Mierda —dijo en voz baja. Bastó para enamorarme. Eso es realidad, eso, aunque lejano aún a nosotros que vivimos relativamente cómodos, es más cercano a lo que vivimos a diario, por lo menos a lo que vemos en nuestros trayectos diarios. Opino que si se lee eso, al salir a la calle no hay conflicto con la realidad, se asimila uno donde está y también hasta cierto punto puede ayudarnos a responsabilizarnos de lo que nos rodea y no vernos ajenos, saber que nuestra forma  de vida y la estructura de nuestra sociedad genera indigentes, vagabundos. También si leemos esto podemos plantearnos preguntas más fundamentales, cómo quiénes somos, si existe o tenemos un propósito, ¿vale la pena esto?
Ulises y Casimiro estuvo a gusto, una fábula, con su correspondiente moraleja para fomentar en los niños las bondades de la lectura caracterizado por ratones muy humanos

Once minutos, La más faulera, Un amor para recordar



Esta es una reseña retrasada. Había olvidado por completo bloggear sobre estas tres lecturas. Llegó el siguiente viernes y me cayó el veinte. Posiblemente fue una consecuencia de la aridez de sus temas o que realmente lo que pudiera decir sobre ellas no aportaría nada provechoso. Pero la desesperación que me causó que mi compañera Paola, habiendo pasado más que el tiempo reglamentado, se aferrara a continuar leyendo esa telenovela, es digna de ser exteriorizada, cuando menos por mi salud.
Hacía un bochorno infernal en el salón, las ventanas estaban abiertas pero el aire nada más no circulaba y las lecturas sólo contribuyeron a apesadumbrar más el tedio.
La lectura de Coelho fue como oír un chisme, un “¿si supiste de fulanita?”, intrigante como todo chisme pero banal, poco constructivo. Material para perder el tiempo, para no cuestionarnos y distraer a la mente.
La más faulera fue como literatura obligada de la primaria, de esos libros que pretenden ayudarnos a entender un poco la transición de niño a adolescente. Asimilar que en lugar de odiar a las niñas, te empiezan a gustar.
Qué puedo decir sobre Un amor para recordar, una novela hecha para chick flick. ¿Cuánto contenido puede tener eso?.
La aportación de estos libros se termina en el momento en que se cierran. No proporcionan ninguna reflexión posterior, nada en qué pensar. Son áridos, creo que al leerlos, en vez llenarte, te van haciendo sentir vacío, desear algo que no tienes, o un ideal que no existe, una relación perfecta, un amor perfecto. Esto provoca un choque con la realidad, una negación de ésta y una falta de presencia en el momento presente. Es lo que se vende en todos lados.

jueves, 12 de abril de 2012

Estuve en el fin del mundo, Huesos de lagartija, Y colorín colorado, este cuento aún no se ha terminado


Llegué ligeramente tarde a esta clase pero todavía alcancé a oír un buen pedazo de la primera lectura Estuve en el fin del mundo de Eduardo Robles Boza, fallecido este año. En cuanto lo oí pensé: «éste es de la banda de José Emilio Pacheco» y sí, efectivamente, nacieron con dos años de diferencia.
Su jerga pasada de moda plasmando la forma de hablar de los jóvenes modernos de esa época me recordó a los adultos de esta época que al verse rodeados de muchachos intentan parecer joviales sacando a relucir un lenguaje que parece tomado de una de estas novelas con frases como: «Esa chava es otro rollo» y palabras como «onda, ligue, ponerse hasta atrás». Esto me parece un fenómeno hermoso, digno de ser resaltado, que disfruto siempre que sucede.
Todo en este relato es frívolo, mundano, desde el lenguaje hasta los acontecimientos, la forma de hablar. Son anécdotas que cualquiera tiene, buen tema para una conversación banal, chisme, intriga. Investigando acerca de este libro en Internet encontré que la gente lo recomienda como un libro de lecciones de vida, bueno para dárselo a leer a los hijos adolescentes, para que aprendan qué es lo que puede suceder si se pierde la prudencia, el freno o el control, cosas que la mayoría descubre por cuenta propia tarde o temprano y que las guarda para contarlas después, sólo que éstas están registradas en una novela.
Huesos de lagartija, qué gusto me dio oír este relato, lo leí cuando iba en primaria y había olvidado que me gustaba tanto, creo que es bueno para cualquier edad. Me preocupó haber olvidado que me gustaba, así que me propuse de ahora en adelante escribir una lista de lo que voy leyendo, con alguna breve reseña o copiar unas cuantas frases, me gustaría haberlo hecho desde niño porque siento que realmente se pueden olvidar muchas cosas aunque se instalen en nuestro sistema y funcionen desde allá en la oscuridad de nuestro inconsciente. A la vez siento que esa idea es muy aferrada y que está bien que las cosas fluyan a través de nosotros sin necesidad de retenerlas.
Siguiendo con Huesos de lagartija, es un relato que me hizo enorgullecerme de la cultura mexica y de vivir aquí, aún cuando mis orígenes no son mexicanos. Este libro se apega a los hechos históricos pero no es un libro de historia, su narrativa fluye suavemente, por eso creo que es una excelente forma de enseñar a los niños sobre la cultura prehispánica y la conquista sin tener que volverlo tedioso. Este libro es uno de los culpables de que si yo pudiera pedir el deseo que quisiera, sería conocer México y Tenochtitlan en su esplendor, antes de la conquista.
De Y colorín colorado, este cuento aun no se ha terminado preferiría ni empezar a comentar porque me voy a soltar a despotricar contra Odín Dupeyron y en una de esas hasta contra la compañera que lo llevó para terminar generalizando sobre la gente y lo que lee. Mejor no, lo voy a dejar en que fue un insulto para nuestro intelecto y escribir eso, es un insulto para el lenguaje y la capacidad mental humana.
Estuve investigando sobre la editorial publica los libros de Dupeyron (esperando que fueran editados por Televisa o algo parecido) y no pude encontrar nada, sólo el nombre, Editorial Disidente.

jueves, 29 de marzo de 2012

Las batallas en el desierto, Anhelo de vivir. La vida de Vincent Van Gogh, Piedra de sol

Las batallas en el desierto me provoca un ligero entusiasmo ansioso, un incómodo divertido pues me identifico con Carlitos, que hace de todo vaso de agua una tormenta en su cabeza y se anda enamorando de las mamás de sus amigos. Algo que también parece sucederle es que el desenlace de sus dilemas, que parecen imposibles, es mucho más simple de lo que se imaginaba, pero todo se hace grande por darle vueltas a las fantasías catastróficas. Lo mismo me sucede a mi, creo que él y yo somos personas que vivimos mucho más en nuestra cabeza que en la tierra. Esto tiene sus pros y sus contras, se desarrolla una mente deductiva que puede reflexionar a fondo sobre un solo tema y todo lo que gira al rededor de él pero se corre el riesgo de alejarse del resto de la gente y de la realidad, perder la objetividad y creer que se sabe más de lo que efectivamente se sabe. Se piensa más de lo que se siente y el intelecto, con su infinita capacidad para convencernos y engañarnos puede llegar a dominarnos. Dicen que más que tener un carácter intrapersonal, es egocentrismo, creo que puede ser cierto porque me sucede que al reflexionar sobre las lecturas termino encontrándome analizando mi carácter y mi forma de pensar...
Anhelo de vivir me gustó mucho, creo que Laura leyó muy bien. Me encantó la alternativa de conocer la vida de Van Gogh a través de una novela. Me parece difícil recrear la personalidad de un artista en cuanto a sus reacciones, sus respuestas, pero seguro que esta obra nos ayudaría a entenderlo mejor y verlo desde una perspectiva más humana.
Yo escogí Piedra de sol porque últimamente me ha atraído la poesía y este poema tiene la suficiente extensión para no hacer interrupciones y si se escucha por suficiente tiempo nos puede introducir en un trance llevados por el ritmo y la métrica, además cada verso es una imagen que podríamos ilustrar. Es un flujo constante de visiones que nos transmiten más que una historia lineal, nos transmiten un estado mental y un sentir que no podríamos describir literalmente, sólo a través de su poesía Octavio Paz nos hace vivir lo que el siente.