jueves, 29 de marzo de 2012

Las batallas en el desierto, Anhelo de vivir. La vida de Vincent Van Gogh, Piedra de sol

Las batallas en el desierto me provoca un ligero entusiasmo ansioso, un incómodo divertido pues me identifico con Carlitos, que hace de todo vaso de agua una tormenta en su cabeza y se anda enamorando de las mamás de sus amigos. Algo que también parece sucederle es que el desenlace de sus dilemas, que parecen imposibles, es mucho más simple de lo que se imaginaba, pero todo se hace grande por darle vueltas a las fantasías catastróficas. Lo mismo me sucede a mi, creo que él y yo somos personas que vivimos mucho más en nuestra cabeza que en la tierra. Esto tiene sus pros y sus contras, se desarrolla una mente deductiva que puede reflexionar a fondo sobre un solo tema y todo lo que gira al rededor de él pero se corre el riesgo de alejarse del resto de la gente y de la realidad, perder la objetividad y creer que se sabe más de lo que efectivamente se sabe. Se piensa más de lo que se siente y el intelecto, con su infinita capacidad para convencernos y engañarnos puede llegar a dominarnos. Dicen que más que tener un carácter intrapersonal, es egocentrismo, creo que puede ser cierto porque me sucede que al reflexionar sobre las lecturas termino encontrándome analizando mi carácter y mi forma de pensar...
Anhelo de vivir me gustó mucho, creo que Laura leyó muy bien. Me encantó la alternativa de conocer la vida de Van Gogh a través de una novela. Me parece difícil recrear la personalidad de un artista en cuanto a sus reacciones, sus respuestas, pero seguro que esta obra nos ayudaría a entenderlo mejor y verlo desde una perspectiva más humana.
Yo escogí Piedra de sol porque últimamente me ha atraído la poesía y este poema tiene la suficiente extensión para no hacer interrupciones y si se escucha por suficiente tiempo nos puede introducir en un trance llevados por el ritmo y la métrica, además cada verso es una imagen que podríamos ilustrar. Es un flujo constante de visiones que nos transmiten más que una historia lineal, nos transmiten un estado mental y un sentir que no podríamos describir literalmente, sólo a través de su poesía Octavio Paz nos hace vivir lo que el siente. 

jueves, 22 de marzo de 2012

La ley de Herodes, Deshoras, El corazón delator


La narrativa de La ley de Herodes, de Jorge Ibargüengoitia, parece provenir de una persona que acepta la vida tal como le llega, sin negar ni negarse a nada. Nos platica los hechos de manera ligera y neutral como cosas que simplemente sucedieron, sin analizarlas y sin enredar su mente en ellas. Lo que hubiera pasado, malo o bueno, lo describe con la misma tranquilidad, sin desbocarse, sin devanarse, demostrando franqueza, madurez, incluso vejez, calmado en momentos difíciles. Para mi, la personalidad que plasma es admirable, quisiera tener muchas de sus cualidades porque convivir con una persona así, es igual que la lectura, agradable y llevadera aunque probablemente el personaje carezca de otras cosas, como todos.
Deshoras entró en la categoría obligada de la clase “La vida de los niños” pero creo que superó en calidad a muchas de las anteriores y la escuché disfrutándola a pesar de la monótona narración. Me pareció divertida.
El corazón delator es un pequeño y oscuro cuento que logra transmitir los efectos típicos de una historia de suspenso de manera clara y sencilla. Sus imágenes son nítidas, prácticamente se puede palpar la oscuridad, la desesperación provoca comezón en todo el cuerpo y desea uno, igual que el personaje principal, que la historia ya termine, no importa cómo pero que se acabe aunque la única salida sea entregarnos a la policía.

jueves, 8 de marzo de 2012

Donde habitan los ángeles / Catarro a la pimienta / Crónicas marcianas


El tema “La vida de los niños” ha predominado en las sesiones de lectura y me pregunto ¿por qué?. Dejaré a mi mente suponer la razón aunque sean juicios y conjeturas sin fundamento.
Creo que una de las principales razones es la nostalgia. Existe una sensación muy generalizada de que los tiempos anteriores eran mejores que hoy en día. Creo también que esto se debe a que en el pasado éramos niños, teníamos muchas menos preocupaciones, mucha más diversión, menos ataduras y más oportunidad de ser nosotros mismos, porque éramos simplemente niños.
Otra posible explicación es que resulta prácticamente imposible no identificarnos con este tema, pues todos pasamos por esa etapa y estando en el dilema de qué lectura llevar, a la que todos sean afines aunque sea en una mínima medida y por la cual por lo menos no seamos criticados... la respuesta es obvia: un cuento sobre un niño. El que lo critique es un bully o no tiene corazón. Lo cierto es que yo ya tuve suficiente de ellas, no me han ofrecido nada nuevo, como algunas de las otras excelentes lecturas que han llevado, y las imágenes que generan son tediosas. Podrán generar una sonrisa en todos, pero lo que esa sonrisa dice es: sí, eso es lo cotidiano. No tengo nada en contra de lo cotidiano. Lo que me molesta de estas lecturas es que no representan ninguna situación, dilema, paradigma o disyuntiva que corresponda con nuestra edad o nuestra etapa de vida. Lo único que hacen es despertar la compasión o el patetismo, ni siquiera la curiosidad. Me parecen lecturas cómodas. Yo quisiera algo que me haga sentir, que me revuelva el interior, que me intrigue.
Agradezco las buenas lecturas que han llevado. Nos han abierto la mente un poco a todos.
Habiéndome desahogado, escribiré sobre Crónicas Marcianas de Ray Bradbury. Un claro ejemplo de la cotidianidad humana... o marciana en este caso.
El autor crea un paralelismo entre la vida en Marte y la vida en la tierra a partir de la misma mentalidad, intrínsecamente humana, que le da a los personajes marcianos. Les asigna un perfil típico de la cultura occidental, el de la pareja de muchos años que sigue unida por costumbre y por moral, perfil en el que los hombres son personas serias que no se deben permitir imaginar o fantasear, porque son cosas estúpidas que sólo les están permitidas a las mujeres o a los niños.
El mensaje que a mi me llegó entre líneas es que, aunque viviéramos en Marte y tuviéramos cosas maravillosas como pájaros de fuego y columnas de cristal, ese sistema de ser poco sincero con lo que se siente, aunado a la falta de comunicación (sobre todo en pareja) nos lleva al hastío hasta el punto en que no podríamos (o podemos) ver ni disfrutar las cosas bellas que nos rodean. Sostenemos, sustentamos y vendemos demasiados ideales del amor que en la práctica son pocas veces realizables.
Pobre de aquel que quiera salirse de lo convencional en su vida amorosa, la sociedad ejercerá su fuerza para impedirlo.

jueves, 1 de marzo de 2012

El ahogado más hermoso del mundo, La historia sin fin, La mano de fuego



Con El ahogado más hermoso del mundo, pude ver claramente por qué García Márquez es tan bueno y reconocido. Había leído recientemente sus Doce cuentos peregrinos, no me cautivaron. Sin embargo con el flujo narrativo del ahogado, su lenguaje, su personaje el muerto imperecedero y hermoso, sentí que al oír la historia podía mirar el tiempo pasar como si éste no transcurriera para mi, como si fuera una roca que ha presenciado muchas vidas y muchos años desde el mismo lugar sin ningún cambio. El ahogado me hizo sentir eterno y nostálgico como él.
Este relato habla de la muerte (que tan alejada queremos creer que está de nosotros) abierta y sinceramente dándole el valor místico y de convivencia cotidiana que tenía en una antigüedad no muy lejana y que hoy se ha perdido, sustituido por la evasión y el terror de que cuando nos toque cerca estaremos enfrentando algo que no habíamos experimentado. García Márquez nos recuerda que la muerte no es un tabú, que la muerte nos fascina, nos atrae y nunca se separa de nosotros.
Me sorprendió el tema que eligió Jazmín, La mano de fuego. Me encantó, me pareció muy sincero y sensual, una lectura muy humana que yo jamás habría escogido porque no he tenido contacto con ese tipo de narrativa. Me hizo reflexionar ¿por qué sigo leyendo lo que leo y no estoy leyendo más de eso? Creo que todos deberíamos estar leyendo más de eso, desprogramándonos todos los mitos y tabúes que traemos instalados y viviendo más congruentemente con nosotros mismos, nuestras necesidades y nuestros deseos.
La historia sin fin generó muy buen material visual. Se presta a gran colorido y la inercia de las otras dos narraciones en vez de opacarla la resaltaron porque aunque no estuvo ni cerca de darme a probar un sabor tan nuevo y exquisito para mi, como las otras dos obras, fue bueno que apareciera junto a ellas y encajara con sus imágenes fantasiosas.
Excelentes lecturas llevaron a clase en esta ocasión mis compañeras, muy visuales, intrigantes y provocativas. Las tres escogieron buen material para nuestro propósito por ser tan descriptivo y no sólo por eso, también los temas son poco frecuentes pero muy atractivos. Fue una ráfaga de imágenes y colores que no daba oportunidad de despegar la atención ni daba pie a que no se nos ocurriera nada que representar gráficamente. Mariana y Jazmín se merecen un aplauso.