jueves, 8 de marzo de 2012

Donde habitan los ángeles / Catarro a la pimienta / Crónicas marcianas


El tema “La vida de los niños” ha predominado en las sesiones de lectura y me pregunto ¿por qué?. Dejaré a mi mente suponer la razón aunque sean juicios y conjeturas sin fundamento.
Creo que una de las principales razones es la nostalgia. Existe una sensación muy generalizada de que los tiempos anteriores eran mejores que hoy en día. Creo también que esto se debe a que en el pasado éramos niños, teníamos muchas menos preocupaciones, mucha más diversión, menos ataduras y más oportunidad de ser nosotros mismos, porque éramos simplemente niños.
Otra posible explicación es que resulta prácticamente imposible no identificarnos con este tema, pues todos pasamos por esa etapa y estando en el dilema de qué lectura llevar, a la que todos sean afines aunque sea en una mínima medida y por la cual por lo menos no seamos criticados... la respuesta es obvia: un cuento sobre un niño. El que lo critique es un bully o no tiene corazón. Lo cierto es que yo ya tuve suficiente de ellas, no me han ofrecido nada nuevo, como algunas de las otras excelentes lecturas que han llevado, y las imágenes que generan son tediosas. Podrán generar una sonrisa en todos, pero lo que esa sonrisa dice es: sí, eso es lo cotidiano. No tengo nada en contra de lo cotidiano. Lo que me molesta de estas lecturas es que no representan ninguna situación, dilema, paradigma o disyuntiva que corresponda con nuestra edad o nuestra etapa de vida. Lo único que hacen es despertar la compasión o el patetismo, ni siquiera la curiosidad. Me parecen lecturas cómodas. Yo quisiera algo que me haga sentir, que me revuelva el interior, que me intrigue.
Agradezco las buenas lecturas que han llevado. Nos han abierto la mente un poco a todos.
Habiéndome desahogado, escribiré sobre Crónicas Marcianas de Ray Bradbury. Un claro ejemplo de la cotidianidad humana... o marciana en este caso.
El autor crea un paralelismo entre la vida en Marte y la vida en la tierra a partir de la misma mentalidad, intrínsecamente humana, que le da a los personajes marcianos. Les asigna un perfil típico de la cultura occidental, el de la pareja de muchos años que sigue unida por costumbre y por moral, perfil en el que los hombres son personas serias que no se deben permitir imaginar o fantasear, porque son cosas estúpidas que sólo les están permitidas a las mujeres o a los niños.
El mensaje que a mi me llegó entre líneas es que, aunque viviéramos en Marte y tuviéramos cosas maravillosas como pájaros de fuego y columnas de cristal, ese sistema de ser poco sincero con lo que se siente, aunado a la falta de comunicación (sobre todo en pareja) nos lleva al hastío hasta el punto en que no podríamos (o podemos) ver ni disfrutar las cosas bellas que nos rodean. Sostenemos, sustentamos y vendemos demasiados ideales del amor que en la práctica son pocas veces realizables.
Pobre de aquel que quiera salirse de lo convencional en su vida amorosa, la sociedad ejercerá su fuerza para impedirlo.

1 comentario:

  1. Chris estoy totalmente de acuerdo contigo y es agradable darme cuenta de que me equivoque al generalizar, es cierto que las lecturas infantiles son graciosas y entretenidas, hasta cierto punto, pero sin duda sería mucho más interesante escuchar algo que en realidad nos enriquezca literalmente a que solo nos deje una sonrisa.

    Muchas gracias por tú comentario amigo :)

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