sábado, 12 de mayo de 2012

Guillaume Apollinaire



Es considerado precursor de todos los movimientos vanguardistas a partir del primer cuarto del siglo XX. Renovador de la expresión poética europea. Ayudó a formular los principios del Cubismo.
Su comportamiento, según lo describen artistas contemporáneos, era raro. Muy al estilo de los dadaístas tendía a desafiar la moral y el buen gusto con actos excéntricos, como fue asistir a una cena elegante con la corbata pintada en la camisa (por Francis Picabia) puesto que no había podido sacar su corbata real de una botella en la que la había metido y la cual no quería romper. Tenía por costumbre seguir por la calle a la gente cuya apariencia encontraba interesante, incluso hasta las puertas de sus hogares.
Apollinaire dijo de sí mismo, que “En su vida y su verso fue sucesivamente un payaso, un erudito, un borracho, un gourmet, un amante, un criminal, un católico devoto, un judío errante, un soldado y un buen esposo”. Siempre demostró el deseo y el coraje de reunir en sí mismo y tocar el extremo de la desesperación y el extremo de la alegría exultante y a esto llamó surrealismo.
En 1913 fue publicado Los pintores cubistas fruto de la colaboración y discusión de arte de Apollinaire con diferentes artistas como Picasso, Braque, Picabia y otros. El Cubismo había evolucionado en el trabajo de artistas que en su proceso se alejaban del Impresionismo pero fue Apollinaire quien explicó, defendió e impulsó esta nueva estética.
Cuando se desata la Guerra de Catorce, Apollinaire, ciudadano italiano, no tenía por qué involucrarse, pero su impulso por vivir los extremos lo llevó a nacionalizarse francés, entrar de voluntario a la infantería y en dos años y a petición suya convertirse en teniente para poder estar en el frente. Se mantuvo escribiendo mientras estuvo en las trincheras hasta que un día un pedazo de proyectil lo hirió en la cabeza y necesitó dos operaciones de cráneo para poder recuperar sus funciones motrices. Pero se recuperó pronto y ya no era apto para el servicio activo, así que regresó a París donde revivió su trabajo literario y ensambló sus Caligramas y completó su “obra surrealista” Las tetas de Tiresias.
Sus caligramas son el uso de letras para construir poemas visuales, adoptando formas que se relacionan o añaden sentido al poema que escribe.
Para mi Apollinaire, desde lo que aprendí en esta investigación, es un gran ejemplo a seguir en cuanto a filosofía y propósito de vida: experimentar los extremos de la alegría y la desesperación. Probablemente por eso tantos lo siguieron y fue una guía para muchos artistas importantes. A partir de su definición, ser surrealista es un gran ideal humano a seguir.

Bibliografía:
Apollinaire, Guillaume, Selected writings of Guillaume Apollinaire, New Directions Publishing Corporation, 1971

jueves, 3 de mayo de 2012

El espejo, el blanco, Ulises y Casimiro, Vida de un vagabundo


Me costó trabajo seguir el hilo de la lectura de Italo Calvino. También tengo un conflicto sobre esa lectura porque no puedo encontrarla con ese nombre entre las obras publicadas por el autor. La describiría casi como absurda (del género) y muy abstracta, creo que su significado va más allá de la forma, me gustaría que me la explicaran. Fue como un borrón en mi cabeza, últimamente así han sido muchas cosas, sólo he registrado lo que me gusta o lo que me impacta, todo lo demás parece no adherirse.
Vida de un vagabundo, tan decadente y gráfica... la disfruté muchísimo. Excelentemente bien escogida por Mayte en cuanto a duración, en cuanto a tema... ni se diga. Es algo que me intriga, siempre he querido saber qué lleva a esas personas a ser indigentes, sobre todo en países de primer mundo donde es más fácil mantener un nivel de vida decente. Creo que podría ser una protesta, una negación o desprecio a sí mismo como parte de la sociedad; esperar la muerte, tener como filosofía de vida que la vida misma no vale la pena, y demostrarlo en la práctica, eso es convicción. Convicción de autodestrucción, debe ser una de las decisiones más difíciles en la vida, o la más fácil, como el suicida, ¿cobarde o valiente?. El género de la obra la describe a la perfección, Realismo sucio, desde la primera oración del cuento: Harry se despertó en su cama con resaca. Una resaca horrible. —Mierda —dijo en voz baja. Bastó para enamorarme. Eso es realidad, eso, aunque lejano aún a nosotros que vivimos relativamente cómodos, es más cercano a lo que vivimos a diario, por lo menos a lo que vemos en nuestros trayectos diarios. Opino que si se lee eso, al salir a la calle no hay conflicto con la realidad, se asimila uno donde está y también hasta cierto punto puede ayudarnos a responsabilizarnos de lo que nos rodea y no vernos ajenos, saber que nuestra forma  de vida y la estructura de nuestra sociedad genera indigentes, vagabundos. También si leemos esto podemos plantearnos preguntas más fundamentales, cómo quiénes somos, si existe o tenemos un propósito, ¿vale la pena esto?
Ulises y Casimiro estuvo a gusto, una fábula, con su correspondiente moraleja para fomentar en los niños las bondades de la lectura caracterizado por ratones muy humanos

Once minutos, La más faulera, Un amor para recordar



Esta es una reseña retrasada. Había olvidado por completo bloggear sobre estas tres lecturas. Llegó el siguiente viernes y me cayó el veinte. Posiblemente fue una consecuencia de la aridez de sus temas o que realmente lo que pudiera decir sobre ellas no aportaría nada provechoso. Pero la desesperación que me causó que mi compañera Paola, habiendo pasado más que el tiempo reglamentado, se aferrara a continuar leyendo esa telenovela, es digna de ser exteriorizada, cuando menos por mi salud.
Hacía un bochorno infernal en el salón, las ventanas estaban abiertas pero el aire nada más no circulaba y las lecturas sólo contribuyeron a apesadumbrar más el tedio.
La lectura de Coelho fue como oír un chisme, un “¿si supiste de fulanita?”, intrigante como todo chisme pero banal, poco constructivo. Material para perder el tiempo, para no cuestionarnos y distraer a la mente.
La más faulera fue como literatura obligada de la primaria, de esos libros que pretenden ayudarnos a entender un poco la transición de niño a adolescente. Asimilar que en lugar de odiar a las niñas, te empiezan a gustar.
Qué puedo decir sobre Un amor para recordar, una novela hecha para chick flick. ¿Cuánto contenido puede tener eso?.
La aportación de estos libros se termina en el momento en que se cierran. No proporcionan ninguna reflexión posterior, nada en qué pensar. Son áridos, creo que al leerlos, en vez llenarte, te van haciendo sentir vacío, desear algo que no tienes, o un ideal que no existe, una relación perfecta, un amor perfecto. Esto provoca un choque con la realidad, una negación de ésta y una falta de presencia en el momento presente. Es lo que se vende en todos lados.